Mi experiencia en la escuela de música Ararat ha sido
siempre muy dinámica y personal. Comencé con clases de guitarra eléctrica y en
el año 2002, referido con el maestro Alejandro Aznavwrian por mi escuela, el Tecnológico
de Monterrey. A través de los años fui parte de muchas otras actividades desde
clases de guitarra clásica y flamenco, teoría y composición musical, recitales
y conciertos con otros estudiantes. A lo largo de estos varios años aprendí
mucho sobre la música que me interesa pero también formé valiosas relaciones
personales que me han ayudado a madurar y a desarrollarme.
Una vez terminada mi carrera universitaria en la escuela de ingeniería del ITESM, habiendo formado parte de la escuela de música de Alejandro durante al menos 5 años, decidí hacer un cambio en mi carrera.
Fue gracias a la preparación en Ararat, así como recibir un
título profesional, que me fue posible aplicar e ingresar al programa de
Tecnología de la Música en la Universidad de Nueva York (NYU). He vivido en
esta ciudad desde Agosto del 2009 mientras continuo estudiando esta maestría y
trabajando en aspectos relacionados con tanto la música como la tecnología
computacional – una combinación que me permitió encontrar un balance en mis
intereses.
La tecnología más reciente de la música comienza con el uso
de sonido digital y la computarización de la industria del arte y
entretenimiento.
Estados Unidos de América, siendo el mayor productor de contenido audiovisual como películas, televisión y videojuegos (así como teatro musical) es quien naturalmente desarrolla el programa universitario de tecnología musical, por necesidad. Por esto, para mí ha sido una gran oportunidad viajar y vivir en Nueva York tanto profesional como personalmente.
Estados Unidos de América, siendo el mayor productor de contenido audiovisual como películas, televisión y videojuegos (así como teatro musical) es quien naturalmente desarrolla el programa universitario de tecnología musical, por necesidad. Por esto, para mí ha sido una gran oportunidad viajar y vivir en Nueva York tanto profesional como personalmente.
En el ámbito académico, por ejemplo, he tenido maestros
reconocidos como Robert Rowe y Nick Didkovsky quienes colaboran con otras
universidades de renombre tales como el MIT y Columbia. Además tengo la
oportunidad de involucrarme con proyectos de desarrollo tecnológico en el
antiguo politécnico de Brooklyn, ahora parte de NYU, donde trabajan artistas
como Luke Dubois, entre otros. Profesionalmente, tuve la oportunidad de
trabajar con Tom Beyer, ingeniero en jefe de la escuela de música de NYU
(colegio Steinhardt) quien fue responsable del proyecto en el 6º piso del
edificio escolar para construir el mayor y mejor estudio de audio (grabación,
investigación y educativo) de la nación a la fecha. Luego, me integré a un proyecto
de investigación sobre recolección automática de información musical dirigido
por Juan Pablo Bello.
La ciudad de Nueva York, aunque puede ser difícil e
inaccesible, es también un lugar con muy buenas oportunidades de desarrollo
profesional en las artes y en la industria del entretenimiento.
Mis planes son explorar todas estas oportunidades para ser
parte de esta productiva industria, y al mismo tiempo realizar mis intereses
musicales como escritor de canciones y guitarrista de la era actual. Todo esto
me sería imposible sin la base cultural, integral y educativa que me aportó la escuela
de música y desarrollo humano Ararat.